martes, 18 de junio de 2013

¿QUE PASA CON EL CONSUMO?


Menos demanda = más caída de precios 
“Estamos en un contexto de bajos tipos de interés en el que, sin embargo, la demanda interna no acaba de tomar impulso en las economías periféricas europeas. En el caso español es particularmente patente y existe un esfuerzo por tratar de atraer esa demanda con precios más reducidos”, indica Santiago Carbó, catedrático de Economía y Finanzas de la Bangor Business School (Reino Unido).
Así, parece evidente que la caída de la demanda afecta a los precios. “Si descontamos de la tasa de inflación la parte de la misma que se debe a factores exógenos (subidas impositivas, medicamentos y otras medidas regulatorias) su nivel es muy bajo en comparación con el que había  antes de la crisis”, explica María Jesús Fernández, analista de Coyuntura de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas).

Lo cierto es que la caída continuada de precios tendría una consecuencias devastadoras para la economía española. Para Jorge Malfeito, profesor de Economía Aplicada, de la Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid, "un problema de deflación vendría a empeorar las malas expectativas que ya sufren la economía española y europea, dificultando la creación de empleo y retrasando de manera alarmante la salida de la crisis". Además, haría aumentar el valor real de la deuda, la tasa de interés real y se entraría en un círculo difícil de salir.

De hecho, la economista indica que “llama la atención que con la caída de la demanda que se está produciendo, la tasa de inflación no sea más baja, incluso aunque descontemos el efecto de la subida del IVA y de otras medidas que se tomaron el año pasado”.


“Los últimos datos de mayo han despejado parte de los fantasmas de abril, puesto que la inflación ha sido mayor [1,7%]. El riesgo de deflación está en buena medida controlado por el BCE. Si las expectativas son de crecimiento, que algunos ya apuntan que podría darse en el tercer trimestre, cabe estar aún menos preocupados”

¿Camina Europa hacia una crisis japonesa?

“Europa no debería esperar a estancarse en una deflación crónica para extraer tres lecciones de la experiencia japonesa: no dejar que las tendencias deflacionistas se instalen, atreverse a adoptar políticas ambiciosas y, sobre todo, coordinar sus esfuerzos", defiende Saint-Georges. “La zona euro debe acabar rápidamente con las presiones deflacionistas y reforzar su potencial de crecimiento nominal a largo plazo”.

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