Cuando los accionistas no lograron hacer de Carrefour una empresa lo suficientemente sólida AQUÍ
EL MAL EJEMPLO CARREFOUR
Al no administrar sus propios asuntos, el gobierno se ocupa de los de los demás. Casi cuarenta años después de que Laurent Fabius detuviera las videograbadoras japonesas en Poitiers, interfiere en los asuntos de Carrefour para obstruir al quebequense Couche-tard que quería ingresar a su capital.
Sin embargo, el inversor canadiense estaba dispuesto a invertir tres mil millones de euros en Carrefour para mejorar su productividad y desarrollar el comercio electrónico con el fin de reducir aún más sus precios en beneficio de los consumidores sin afectar a los productores.
El veto público opuesto a Carrefour es tanto más incomprensible dado que en el mercado francés la competencia es feroz: Auchan, Casino, Intermarché, Leclerc… ¿Qué habría dicho Le Maire si los canadienses hubieran vetado la compra de Bombardier por Alstom en el final de 2020?
Bombardier, que fabrica equipos de transporte público, es, no obstante, más estratégico para Canadá que Carrefour para Francia. El distribuidor francés está presente en un gran número de países extranjeros y suele ser el distribuidor más importante allí, o uno de ellos. Según su último informe financiero anual de 2019, Carrefour tenía, por ejemplo, 789 tiendas en Bélgica, 1.149 en España, 1.089 en Italia, 906 en Polonia, 464 en Brasil, 597 en Argentina, etc.
Si Francia continúa con su política soberanista, otros países tomarán medidas de represalia equivalentes e impedirán el desarrollo de muchas empresas francesas a nivel internacional. Sin embargo, las actividades en el exterior de las grandes empresas francesas activas a nivel internacional representan la mayor parte de su facturación y beneficios. EL ESTADO NO ESTÁ DESTINADO A ADMINISTRAR LA ECONOMÍA
Vivimos en una economía globalizada que ha permitido el desarrollo excepcional de los últimos cincuenta años tanto en los países más pobres como en los ricos. Pero si empezamos a cerrar nuestras fronteras al intercambio de capitales y pronto de servicios y bienes, todos sufriremos. Y no seremos capaces de rectificar la situación tras la crisis sanitaria que nos ha acosado.
El papel del Estado no es administrar empresas y decidir sobre la calidad de sus accionistas. El estado es un mal administrador ; no tiene las cualidades adecuadas y no es responsable de ellas. Su gestión excesivamente centralizada y totalmente administrada de la crisis de Covid demuestra su incapacidad en esta área.
Francia de perder todo el crédito. No se equivoca en principio, salvo que sus políticas obstaculizan la economía en lugar de liberarla, lo que perjudicará el crecimiento necesario. Carrefour ofrece un claro ejemplo.
Como no aprovechar ese potencial para ganar cuota ¿Debilidad?
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