Cada
vez más observamos como los valores nos apoyan y ayudan a construir la
identidad de nuestras sociedades, son modelos de conducta que nos permiten
valorar lo que está bien o mal en nuestras vidas, son elementos que constituyen
patrones de conducta individual y social que nos ayudan a preservar la cultura
del país.
Los
valores tienen influencia decisiva en nuestras actuaciones, durante toda
nuestra existencia, cada vez que tomamos una decisión, lo hacemos en función de
nuestros valores, de lo que realmente nos importa de acuerdo con nuestra
jerarquía de valores.
Hace
mucho tiempo leí el libro “Poder sin límites” de Anthony Robins por sentirse privadas en su
libertad, valor que habían seleccionado como predominantes en ellos.
Los
valores son creencias fundamentales que nos ayudan a preferir, apreciar y
elegir unas cosas en lugar de otras, seguir un comportamiento que nos lleva a
un nivel de satisfacción y plenitud que a veces nos cuesta entender.
Los
valores son como especie de lentillas que nos hacen observar al mundo no como
es, sino de acuerdo con nuestras creencias o paradigmas. Sucede muchas
veces que no podemos adaptarnos a los sitios de trabajo, porque el clima
laboral o comportamiento de nuestros supervisores, choca con nuestros
paradigmas o formas de percibir el mundo y la razón es que no está acorde con
nuestras creencias y nuestros valores que reflejan nuestros intereses,
sentimientos y convicciones más importantes para tomar decisiones.
También
los valores juegan papel importante en las firmas y en la sociedad; al
dictar las pautas para una cultura organizacional fuerte y sana que apoya las
estrategias y se convierta en un factor de éxito como en el caso de Google y de
algunas Universidades como Stanford, donde se desarrollan artefactos que
inculcan un sentido de pertenencia a sus miembros que les llena de orgullo y
les hace altamente productivos.
Los
valores son el basamento de una cultura armónica donde las reglas de juegos
están definidas, para permitir una administración donde el personal se sienta
integrado y representado en la toma de decisiones con sus aportes creativos y
de innovación, dejando atrás las jerarquías rígidas para comprometerse con una
Visión Compartida y una escala de valores que son modelados por todos sus
ejecutivos y asimilados en toda la organización.
Cuando
hay pérdida de valores, las personas no se sienten comprometidas y surgen los
conflictos y la cultura organizacional se vuelve tensa, deja de ser un factor
de éxito en las empresa.
En
el caso de la Sociedad, la ausencia de valores trae consecuencias nefastas para
la convivencia de los ciudadanos ya que tiende a generar violencia,
intolerancia e injusticia social que a la larga llevan al deterioro de los
países y desmejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos.
Los
valores como dice Stephen Covey liberan a las personas y les dan
seguridad al sentir que pueden hacer la diferencia, porque tienen autoridad
moral para liderar a otros e impulsarlos a desarrollar su potencial y construir
un mundo donde el amor, la libertad, la justicia y el respeto tienen un sitio
de honor.
Vivir
basado en valores es vivir de acuerdo con nuestra conciencia y trabajar
sin descanso y disciplinadamente en pos de un sueño, de un ideal, como hizo
Mahatma Ghandi que consiguió la liberación de la India, con un liderazgo basado
en la no violencia.
La
invitación es a escuchar nuestra voz interior, para encontrar esos valores que
guían nuestra conducta y a reflexionar sobre su importancia .
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